Besos frescos y conversaciones cara a cara
02, Dec, 2012 en Biosmile
La halitosis como entidad médica fue descrita hace solamente 200 años, sin embargo es un problema social de los más antiguos, encontrándose referencias al mal aliento en todas las culturas antiguas. Sin embargo son casi inexistentes las referencias respecto a sus aspectos médicos (causas, diagnóstico, tratamiento), en su mayoría esas referencias son referentes a aspectos sociológicos como tabús, vínculos afectivos, civismo y religión.
Plauto en la antigua Roma alude a esta patología como causa del menosprecio conyugal en una de sus obras a través de un personaje que censura públicamente el mal aliento de su esposa: “preferiría beber agua del alcantarillado que besar a mi mujer”
En el Talmud aparecen registros hace más de 2000 años que establecen que la boda puede ser judicialmente anulada si uno de los cónyuges padece mal aliento.
Hipócrates, considerado padre de la medicina, insistía en que los jóvenes de la antigua Grecia tuviesen un aliento agradable ya que relacionaba éste con el grado de dulzura interior y pureza del alma.
En la religión islámica se hace hincapié en la importancia de cepillar los dientes durante los periodos de ayuno del Ramadán.
Aún hoy los monjes budistas japoneses recomiendan la higiene oral incluyendo la limpieza de la lengua antes de las primeras oraciones matinales, hecho que coincide con los hindúes que consideran la boca como la puerta de entrada del cuerpo y que por tanto tiene que mantenerse limpia.
Analizando las diversas culturas y civilizaciones existe un denominador común en lo relacionado con el mal aliento como agente de prejuicio social.
Desde el punto de vista médico fue descrito en 1874 por Howe
El término halitosis surge en 1921 en el rótulo de un enjuague oral americano, pero es un síntoma que acompaña al hombre desde sus comienzos.
En la época actual en la que está tan marcada la importancia de la imagen personal y parecer bien implica oler bien el mal aliento se encuentra como uno de los mayores defectos en conjunto con otras dolencias antiestéticas.
Como se ha indicado, no es una enfermedad sino que es un signo o síntoma de alguna patología que en algún momento de la vida afecta al 60% de la población.
Las causas más frecuentes son los problemas orales que producen el 60% de estos problemas, entre las patologías orales que causan este problema están la caries (que puede producir descomposición y necrosis del nervio del diente generando infecciones activas). La mala higiene oral y la descomposición de los restos de alimentos que produce ácidos grasos simples como el ácido butírico o propiónico que son elementos volátiles que producen mal olor. La enfermedad periodontal (piorrea) que produce una acumulación de bacterias anaerobias como la porfiromona gingivalis que generan compuestos volátiles sulfurados como el metilmercaptano o el sulfhidrilo que operan en el dorso de la lengua, periodonto y amígdalas.
En un 17% de los casos la halitosis se debe a enfermedades sistémicas, principalmente del aparato digestivo como gastritis crónicas o hernia de hiato o endocrinas como la diabetes que genera cuerpos cetónicos dándole un olor afrutado al aliento
En un 23% de los casos se produce halitosis por la disminución de la secreción salivar y por tanto se elimina el fenómeno de autoclisis (autolimpieza llevada a cabo por la saliva, lengua y tejidos orales). Esta disminución de la secreción salivar generalmente es debida a estrés y ansiedad, aunque puede haber un problema sistémico relacionado como el síndrome de Sjogren, sialolitiasis o en pacientes irradiados en la zona de las glándulas salivares (parótida y sublingual).
La halitosis se puede agravar también por deficiencias inmunológicas que permiten que aumente la flora bacteriana oral de forma descontrolada o por pacientes que muestran un cubrimiento lingual grueso o fisuras profundas en la lengua, asi como aquellos que abusan de sustancias como tabaco, alcohol o determinado tipo de comidas de olor y sabor fuerte como ajo, cebolla, café…
El tratamiento de la halitosis pasa por acudir a la causa de la misma, como en la mayoría de las ocasiones la etiología va a ser un problema bucal el primer paso será acudir al odontólogo que realizará un diagnóstico y un tratamiento adecuado de caries, infecciones dentarias o de las encías y un correcto limpiado de la lengua. También recomendará e instruirá al paciente para mejorar las técnicas de higiene añadiendo elementos como la seda dental, los cepillos interproximales o los colutorios especialmente aquellos con antisépticos como clorhexidina o triclosán, hay que tener en cuenta que los colutorios no sustituyen al cepillado sino que son un complemento.
Masticar chicle sin azúcar puede mejorar la sensación subjetiva y reforzar la confianza en las relaciones sociales y aquellos que contengan xilitol pueden ser una buena opción ya que parece ser que éste puede tener un efecto bacteriostático.
Otras recomendaciones son evitar el abuso del tabaco y alcohol, de café y de aquellos alimentos de sabor y olor intenso.
Dr. Jesus Isidro Fernández
Licenciado en Odontología por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Prótesis Bucofacial con Mención de Excelencia por la misma Universidad. Más información
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